jueves, 15 de octubre de 2015

Una manta colorida:

Esta manta es una de las muchas que mi hija ha hecho. Se la enseñó mi amiga y vecina Alicia, ya fallecida.
Está hecha con restos de lanas, sobrantes de otras labores; aunque, una vez metida en la labor, cuando veo un ovillo de color bonito no dudo en comprarlo.
El color que ha coordinado todos es el negro.
No es una tarea pesada, porque se hace cuadro a cuadro, y luego se unen entre sí.
El cuadro se comienza por cinco cadenetas, en lana negra. Y se cierran.

Luego se hace otra vuelta del mismo color, esta a Punto Bajo: Se lleva una cadeneta sobre el gancho; se pincha, se coge hilo y los dos se cierran juntos.
Cuando se llega a la esquina, se hacen dos cadenetas para crecer, y se pincha en el mismo agujero que el anterior.
Cada dos pasadas se cambia el color.
El empalme de colores debe quedar oculto.
Para ello, en la última cadeneta de la pasada que se termina, se mete la lana de la siguiente y estirar, luego se trenzan las dos, enrollándolos. Se mete en la base, y se sigue tejiendo sobre ella, así queda oculto el remate.
Se hacen tantas franjas como se quiera. Estos cuadros tienen unas diez.
En la última pasada de negro, cuando ya se va a cerrar el cuadro, se deja un poco de lana, cerrando la labor, porque luego ese trozo servirá para unir parte de los cuadros que construye la manta.
Tiene varias posibilidades: puede ser manta calentita y ligera para las tardes de sofá, o puede ser una colcha, cubrecama, animando una habitación de dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario