lunes, 16 de noviembre de 2015

Otra labor antigua:

A mitad del siglo pasado, era costumbre entre las chicas solteras, 'hacerse el ajuar'.
Es decir, prepararse toda la ropa que iba a necesitar para su nuevo hogar cuando se casase.
Esa tarea duraba años.
Yo, por aquel entonces era profesora de corte y confección, además de coser para la calle los encargos que me hacían.
Cuando tenía menos trabajo, aprovechaba para hacerme mi ajuar.
A él pertece el camisón, y este peinador, una prenda que actualmente, quizás ni se conozca.
Pero yo me animo a ponerlo aquí. Hay que tener memoria.
El bordado a máquina me lo enseñó la señora Vivina, que vivía enfrente de mi tía Serafina, en la carretera.
El peinador está bordado, a máquina, en rosa, con un festón. Y le puse como motivo decorativo, con tela recortada, unas palomicas y mi nombre:

No hay comentarios:

Publicar un comentario